Todo ser es completo y único. El formador le muestra los elementos, fundamentos y le informa sobre distintas técnicas. Ponemos todo a disposición. Se motiva, se da la consigna, se escucha, se responde y se deja a la persona explorar hasta ir descubriendo el lenguaje. A cada quien con sus tiempos, y posibilidades, siempre destacando lo que logra y aportando algo que pueda sumar a su creatividad, desarrollo y conocimiento.
Para personas sin formación artístico-visual, tendrán que transitar más horas de concurrencia, dado que tienen que incorporar los elementos plásticos, los fundamentos visuales y hacer una práctica de comprensión de lo incorporado con diversidad de materiales, para poder acompañar y evaluar al otro en su trabajo con esos mismos elementos y fundamentos.
Luego se continuar con el modo/ método de “la mirada”.
Qué mirar, cómo mirar y qué hacer con lo que se ve y percibe.
Para los formados en Bellas Artes, deberán ampliar sus conocimientos de mirada y percepción.
Desde aquí todos verán las características generales de algunas disfunciones y capacidades,
diagnóstico, pero es solamente para tener conocimiento y no cometer errores por olvidar u omitir, características fundamentales. de cada discapacidad.
No buscamos un lenguaje visual desde el diagnóstico, porque sería una búsqueda pobre, e incompleta.
Formas de acompañar, acompasar, ayudar, respeto por lo expresado desde la visión y expresión del otro. Aportes de consignas que ayuden al conocimiento de los elementos plásticos, fundamentos visuales, desarrollo de lo creativo y el fortalecimiento del “puedo”. Contención, atención, posición corporal para optimizar rendimiento y expresión, si es necesario, implementar algún ejercicio introductor, que aporte movilidad a quienes lo necesiten. Si alguna persona cambia su comportamiento y necesita especial contención o dedicación, hay que evaluar si se lo puede contener, y si se normaliza sigue en el lugar haciendo su experiencia, si no, se llama a quien sea el responsable a cargo.